Llevo algún tiempo sin escribir, los acontecimientos se han descargado por varias grietas y aquella desconfianza del último post, se ha hecho desgraciadamente realidad. Tengo afectación tumoral un poco más arriba por lo que tengo que continuar con la quimioterapia. Más adelante, explicaré mi nueva situación, tal y como vengo haciendo habitualmente en este Blog. Pero hoy simplemente quería publicar lo que siento, la Normalidad que anhelo y de qué manera sucede todo ello en este pequeño escrito fruto de una noche de insomnio y un pequeño recuerdo....
No puedo dormir.Pero me ha venido a la nariz un recuerdo. Mínimo. En forma de olor. Es césped recién cortado y mi pensamiento se va, se evade hasta hace unos años, no muchos, pero parecen tan lejanos que bien podrían haber sido vividos por otro yo en otra vida.Este recuerdo se torna de un olor fresco y directo hacia unas imágenes concretas: me encuentro atándome las zapatillas, mis zapas de correr, las normales, las de siempre, mis amigas de hacer km, de las que conozco casi cada roce de su chasis pues he sido el feliz artífice de sus cicatrices. Entonces, restos diminutos de césped recién cortado me mojan y se pegan en mis manos que me seco al pantalón corto según me pongo en pie y termino los nudos. Lo veo como si fuera una película que empieza...
Cheque en Blanco.Me siento preparado. Me siento con una satisfacción nuclear, pura y dura. Sin más.Arranco.
Noto como mis pies pisan y vuelan, pisan y vuelan, comiéndose la tierra a cada pulsación. Todo es perfecto porque todo es libre. Elijo ese ritmo, esa canción. Voy cómodo. Casi podría decirse que hasta he elegido la temperatura ambiente. Avanzo por un Camino ya conocido, pero que siempre guarda una cadencia desconocida que me lleva a otros pensamientos. Nunca será el mismo Pablo el que lo holle y nunca será por tanto, el mismo Camino, éso es lo bueno. Solo sé dónde comienza, nada más.
Sigo. Disfruto. Jadeo. ¡Qué bien me siento Joder! ¡Quiero más! Al respirar hondo una de las veces, lo vuelvo a notar, a sentir. ¡Cógelo! ¡Está ahí tatuado en mi espíritu! lo tengo...¡lo cacé! :)¡Soy LIBRE! Profundísimamente LIBREBuah, estoy por llorar o por reír de Alegría inmensa...de verdad.
Sí, podría estar haciendo cualquier otra cosa esa mañana, pero no, elegí correr y lo noto con una profundidad inconmensurable, siento que soy Plenamente FELIZ... Por fin lo soy.
Después de tanto sufrimiento, tantísimo dolor y enclaustramiento que ni si quiera ahora que lo sigo sufriendo y que ésto no son más que sensaciones insomnes, escritas de madrugada, casi de la inconsciencia de saberse medio dormido, soy capaz de sentir con seguridad que puedan terminar algún día en su totalidad, y éso me ahonda la pena...
¡Pero, Ay!, ¡la sensación es tan plena! ¡es tan agradable!...¡tan queridamente esperada!... que la dejo fluir en mi interior por si a lo mejor en una de éstas, en una exhalación sin forzar, me transporto en vivo como por arte de magia a ese mismo instante en el Camino, en la que esa gota de sudor me empapa la sien y me quedo justo ahí, atrapando para siempre en mi interior esa percepción tan anhelada.
Sin embargo, a la vez, siento que es algo tan débil que un susurro podría llevársela bien lejos y que se encuentra tan bien envuelta en tan crueles incertidumbres que la alejo de mí como si fuera humo, no fuera a ser que al pensarlo intensamente dejándola que entre en mí, se evada cabronamente y no se cumpla jamás, yéndose para no volver
¡Quiero Correr, Subir, Bajar!
¡Quiero Vivir!
¡Hacer Cosas!
¡Quiero Amar!
Pero más aún quiero hacerlo con esa Normalidad que te da la Plena Vida Descuidada. Levantarte de la cama de buena mañana como tantas otras veces y elegir, sin más, cómo quieres que se desarrollen los próximos instantes. Sin una Espada de Damocles sobre tu coronilla, señalándote continuamente como si fuera un GPS, que ¡TÜ NO! ¡TE JODES! ¡TÚ HOY NO!. TU A LUCHAR y mañana sigue LUCHANDO y cuando pienses que el día lo estas salvando por la mínima, ¡llegará ese dolor tumoral que no te dejará ni dormir!
Bien, aún no sabes de qué manera, pero el cerebro con la Luna de testigo, te envía como el que no quiere la cosa, reminiscencias de una vida ya vivida que no volverá, o de una vida que está por llegar con olor a verde recién cortado de LIBERTAD...
Lo bueno está por venir. Quieren que te rindas, que bajes los brazos y te unas al abandono.
Éso es del todo IMPOSIBLE.
Así no salvaré nunca la VICTORIA
¿Hay alguien que no quiera GANAR? Ja! Yo quiero el Trofeo de la Vida Plena
¡¡¡¡¡LUCHARÉ!!!!!